La situación económica y sanitaria vivida por la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) obligó a muchas empresas a cerrar sus puertas temporalmente, y a la gran mayoría de los españoles a un confinamiento para prevenir la saturación del sistema sanitario nacional. Ahora, varios meses después, con mucho esfuerzo por parte de todos, volvemos poco a poco a recuperar la normalidad anterior.

– ¿NORMALIDAD?

Si, aunque por ahora no será la misma «normalidad» que existía antes de la enfermedad, ya que requiere por parte de todos un esfuerzo para que no vuelva a haber repuntes de contagios hasta que se fabrique una vacuna para el coronavirus. Con esta entrada culminamos una serie de reflexiones acerca de cómo ha cambiado la forma de realizar la limpieza y desinfección en nuestros lugares habituales.

En la primera entrada pusimos el centro de atención en las empresas que poco a poco volvían a abrir sus puertas, y en el reto de recuperar la confianza de los clientes. La segunda entrada hablamos sobre los hogares, de los «productos milagro» y de los métodos que recomendamos desde Limpiezas Almería.

En esta última entrada trataremos sobre las viviendas turísticas, sobre las labores de limpieza y desinfección en ellas, y sobre el valor añadido que supone la correcta realización de éstas. El Gobierno ya contempla protocolos de reapertura para alojamientos turísticos, pero no incluye los pisos y viviendas de alquiler vacacional como alojamientos turísticos. Sin embargo, los clientes demandan también alquileres vacacionales seguros. Es necesario contemplar una serie de puntos críticos: superficies de contacto intenso, habitaciones y zonas comunes.

Uno de los puntos más importantes de limpieza y desinfección, que ya se ha comentado en las anteriores entradas, es el de las superficies de contacto intenso: mesas, sillas, tiradores de puertas, pulsadores de luz, grifos, encimeras, barandillas de escaleras, electrodomésticos, etc.

En estas superficies el protocolo a seguir contempla dos pasos:

  • Primero realizamos una limpieza con agua y jabón para quitar la suciedad.
  • Después se desinfecta, bien con hipoclorito (lejía), con solución alcohólica, etc. Es muy importante dejar al desinfectante actuar unos minutos en las superficies (entre 5 y 15, dependiendo del método) antes de aclarar.

En las habitaciones, además de las superficies, se debe realizar una limpieza y desinfección a otros elementos como:

  • Ropa de cama: fundas, sábanas, mantas, etc.
  • Toallas.

Cuando se cambien, es importante no agitarlos para que no se esparzan los gérmenes a otras superficies, además de limpiarse a temperaturas altas para matar los virus y, si es posible, utilizar la secadora después para su completo secado.

En las zonas comunes tenemos que prestar especial atención a sofás, sillones, sillas… y también a los mandos a distancia, televisores y teléfonos. Hay viviendas turísticas que tienen cocina y zona de barbacoa; aquí debemos limpiar platos, cubiertos y demás utensilios de cocina, simplemente usando jabón y agua caliente (o un programa de alta temperatura del lavavajillas) para dejar los utensilios libres de gérmenes.

En cuanto a las frecuencias y métodos, recomendamos que estas acciones de limpieza y desinfección se realicen antes de la entrada de los clientes, con el método tradicional a mano, o empleando nuevas tecnologías como nebulizaciones, pulverizaciones o cañones de ozono.

Todas estas medidas pueden contribuir a aportar valor añadido al alquiler turístico vacacional, al ser alojamientos de carácter individual-familiar, con unas características que evitan la masificación que puede existir en hoteles y que favorecen las medidas de distancia social. Si además se incluyen obsequios como mascarillas, guantes o dispensadores de gel a la entrada de los clientes, aumentará la sensación de seguridad de los clientes.

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